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Hoy os presenté mis aventuras en el país imaginario de Marruecos. Imaginario por las leyendas que siguen vigentes allá, unas Mil Y Una Noches de la razón bastante increíble, con reglas siempre al detrimiento de las mujeres, obviamente.
Mis encuentros con Nordine (autodefinido como árabe de Casablanca, 40 años) y Mariam (béreber de Casablanca, 23 años) me ayudaron enterarme de las polarizaciones sexuales existentes en la capital, bien peores en las ciudades pequeñas como Fes o Marrakech, y que os voy contando.
Lo que no mencioné en el programa es como Fes me pareció una ciudad bien machista y xenófoba, la única donde me trataron de invisible a la taquilla de la estación de tren, y donde me persiguieron con falsa risa en la calle principal de la Medina.
Pero también fue donde pude hacerme la ruta entera de la Medina a pie bajo la lluvia con un compañero rasta de origen senegales, sin intenciones aparientes, solo tiempo que dedicar. Simpático pero poco diálogo y curiosidad de su parte…
En Marrakech aterricé, y después de un par de horas alucinada por el sol y la actividad de Jemaa El Fna, tales como les dejé diez-y-seis años atrás, penetré dentro del souk y conversé con dos comerciantes veladas hasta los ojos, en la placita en frente del Café des Délices. Mientras me hacía el henné al pie, intenté mi primer diálogo con la que me parecía buena negociante y un poco cerrada. Cuando se acercó su colega con velo rojo más transparente y sexy, la sentí más relajada e interesada en conversar, y las preguntas dispararon tanto de mi parte como de la suya.
-¿Buscas un marido? Eterna pregunta que todos y todas me hicieron durante la semana del viaje.
-No.
-¿Por qué?
-No lo necesito.
-¿No quieres tener hijos?
-Si llegan por el camino, bien. No es algo obligatorio. Ojos de incomprensión más que de reprobación.
-¿Pero, y los hombres, cómo los conocerás?
-No necesito el matrimonio para eso.
-Deberías probar los hombres marroquís. Hacen muy bien al amor!
-Y tú, a cuántos hombres conociste?
-Solo conocí a mi marido.
-¿Lo conocías antes de casarte?
-No.
-Estás contenta con él? ¿Te hace bien el amor?
-Si. Tiene una polla de gran tamaño.
-Y sus gestos, qué?
-Muy bien, por suerte. Toma sus precauciones antes de entrar.
Siguió así durante una hora, y aprendí cosas apasionantes, como por ejemplo que esa madre de dos niños, jóven de 28 años, tomaba la píldora, que esa píldora te sale a solo 9 dirhams si la coges del hospital público, 15 dirhams sino. O sea que la píldora en Marruecos cuesta 1 € el mes!
Su compañera con el velo rojo sexy tenía también 28 años, y era todavía virgen. Por lo que dice, por lo menos. Y no es que tengan algo que esconderme, pues no creo hubieran creído que les denunciaría a sus colegas!
28 años y virgen. Yo flipando de la distancia cultural a 2 horas de avión…
Meknès en cambio me pareció en cambio la ciudad de la amistad, como lo es a primera vista Besançon en Francia, o Chiclayo en Perú. Ciudades donde te invita al cine el taquillero, luego a dormir un obrero que te deja su cama, y un souk con jugo de cana de azúcar regenerante…
En este programa, la música de fondo es un chaabi de mujeres, excepcional en un país donde la música es masculina, non grata, escondida en cabarets donde se tasa el alcohol a 30%, y, ¡por fin! se puede bailar entre amigos… o prostitutas entre dos citas.
Acabo con un texto conmovedor de Lucía Etxebarría publicado en el blog Lolito Power y reproducido por la Pornoterrorista en su excelente blog.
Besitos de vuelta!!!
Anaïs