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No quedará como mi mejor programa, pero fue seguramente el más difícil. Todo me costaba, hablar, contar, gritar. No tenía más fuerza, volviendo de la manifestación que nos llevó a Wad Ras. Ver a las presas en las ventanas agitando tejidos me fue la imagen más emocionante.
No me salió leer sus textos, demasiada emoción me daban, así leí los artículos referentes a su muerta. Estoy omnubilada por su muerte, y lo injusto que es, y lo necesario que es decirlo por todos medios posibles.
Lo que descubrí a volver a casa ha sido la carta magnífica de la madre de Rodrigo Lanza, carta abierta a Jordi Hereu.
Te quiero, Patricia.
Haré todo mi posible para que sea rehabilitado públicamente tu nombre.
Anaïs